Microgestión (micromanagement): la mejor forma de arruinar a tu equipo
Le asignaste una tarea importante a un miembro talentoso de tu equipo y le diste una fecha límite.
Ahora, ¿le dejas hacer su trabajo tranquilo y te comunicas con él en puntos predefinidos a lo largo del camino, o sigues pasando por su escritorio todo el tiempo para comprobar su progreso?
Si es lo último, es posible que sea un microgestor.
Y, si eres el trabajador acosado que intenta cumplir una fecha límite con un jefe al hombro, es posible que tengas un microgestor en tus manos, alguien que simplemente no puede dejar de lado los pequeños detalles.
Los microgestores toman atributos totalmente positivos, como la atención al detalle y la actitud práctica, pero los llevan al extremo.
Corren el serio riesgo de debilitar a sus equipos, porque están obsesionados con el control y arruinan su confianza, dañan su desempeño y los frustran hasta el punto en que renuncian y dejan la organización.
Sin embargo, afortunadamente, hay formas de identificar estas tendencias exageradas en ti mismo y deshacerte de ellas antes de que hagan más daño, y, si trabajas para un microgestor, existen estrategias que puedes utilizar para convencerlo de que acepte tu independencia.
Sin embargo, primero hay que detectar los signos.
¿Dónde está la línea entre ser un gerente involucrado y un gerente demasiado involucrado que está volviendo loco a su equipo?
Lo que sigue son algunas señales de que podrías ser un microgestor, o tener uno en tus manos:
- Se resisten a delegar
- Se sumergen en la supervisión profunda de las tareas de su gente
- Trabajan corrigiendo pequeños detalles en lugar de mirar el panorama general
- Retiran el trabajo delegado antes de que esté terminado si encuentran un error en él
- Desaniman a otros de tomar decisiones sin consultarlos
Pero, si estás obteniendo resultados mediante la microgestión manteniendo tu nariz en los asuntos de todos, ¿por qué no continuar?
Los microgestores a menudo afirman su accionar con un experimento simple: le dan una tarea a un empleado y luego desaparecen hasta la fecha límite.
Probablemente, este empleado se destaque en la tarea asignada, en especial si confía en sus habilidades, sin embargo, bajo la microgestión, la mayoría de los trabajadores se vuelven tímidos, vacilantes, miedosos, incluso paralizados y generalmente piensan “No importa lo que haga no será lo suficientemente bueno”.